
Justamente ahora
irrumpes en mi vida,
con tu cuerpo exacto y ojos de asesina.
Tarde como siempre,
nos llega la fortuna.
Tu ibas con él,
yo iba con ella,
jugando a ser felices por desesperados,
por no aguardar los sueños,
por miedo a quedar solos.
Pero llegamos tarde,
te vi y me viste,
nos reconocimos enseguida,
pero tarde.
Maldita sea la hora
que encontré lo que soñé,
tarde.
Tanto soñarte y extrañarte sin tenerte,
tanto inventarte,
tanto buscarte por las calles como un loco,
sin encontrarte.
Y ahí va uno de tonto;
por desesperado,
confundiendo amor con compañía.
Y ese miedo idiota de verte viejo y sin pareja,
te hace escoger con la cabeza lo que es del corazón.
Y no tengo nada contra ellos,
la rabia es contra el tiempo
por ponerte junto a mi,
tarde
Ganas de huir;
de no verte ni la sombra,
de pensar que esto fue solo un sueño o una pesadilla,
que nunca apareciste,
que nunca has existido.
Ganas de besarte,
de coincidir contigo.
De acercarme un poco,
y amarrarte en un abrazo,
de mirarte a los ojos
y decirte bienvenida.
Pero llegamos tarde.
Te vi y me viste,
nos reconocimos enseguida,
pero tarde.
Quizás en otras vidas,
quizás en otras muertes.
Que ganas de rozarte,
que ganas de tocarte,
de acercarme a ti y golpearte con un beso,
de fugarnos para siempre,
sin daños a terceros.
Un piano melancólico y una historia que inunda de lagrimas mi pequeño rostro, eso es Sin Daños a Terceros.
Hace ya mucho tiempo admití mi adicción a la música
Hace ya mucho tiempo admití mi adicción a la música
...Sin la música la vida sería un error, así dijo ese Nietzsche, y tiene razón.
1 comentario:
Es triste pero cierto, es una verdad dura aceptar que, a veces, como bien dices confundimos amor por compañía. Tenemos miedo a nuestra propia soledad. Nos tememos a nosotros mismos. Y claro está, anhelamos ese calor humano. Y lo vamos buscando de aquí para allá, sin encontrarlo, en vano, dentro de una ilusa fantasía que un día creamos.
Pero hay que discernir entre soledad y aislamiento.
Sola; es la persona que sabe que es capaz de convivir consigo misma con o sin los demás.
En cambio, aquél que teme al aislamiento,se teme a sí mismo y para él es ya una necesidad estar con los otros, no estar nunca solo. Pues la tristeza resultante podría acabar con su frágil vida.
Anhelamos ese calor humano, pero el amor es algo más extenso. Está en todas partes, no es bueno aislarse ya que de esta forma nos vamos denigrando, consumiendo poco a poco.
A pesar de todo, sí necesitamos ese calor humano.
Por cierto, confiesas ser una gran amante de la música, ¿te gustan las arias de Maria Callas? Da mucho que pensar el sentimiento con el que las interpreta y la biografía que de ella se ha escrito.
Publicar un comentario