
Debo ser más mujer, hacer notar mis 20 años. Pero mi rostro infantil y mi cuerpo frágil no me ayudan, me siento atrapada en los 12.
Aún quiero saltar y jugar a las escondidillas.
Esta vez quiero esconderme de mis responsabilidades, quiero camuflarme con mis sueños, que ellos me cubran y me hagan invisibles a sus ojos.
Y quiero saltar; saltar las etapas que se que odiaré, quiero saltar el momento en que deba llorar hasta desgarrarme, cuando la vida se digne a pasarme la cuenta por todos los errores que hoy cometo, y quiero saltar olímpicamente el día en que me de cuenta que fui una cobarde, porque fue mejor callarme y mas cómodo engañarme, ese día en que te busque y quiera refregarte todo lo que un día sentí.
Y ahora quizás torpemente, quizás inocentemente, quizás cruelmente decidí pasar del miedo a sufrir, al miedo a hacer sufrir.
Aún quiero saltar y jugar a las escondidillas.
Esta vez quiero esconderme de mis responsabilidades, quiero camuflarme con mis sueños, que ellos me cubran y me hagan invisibles a sus ojos.
Y quiero saltar; saltar las etapas que se que odiaré, quiero saltar el momento en que deba llorar hasta desgarrarme, cuando la vida se digne a pasarme la cuenta por todos los errores que hoy cometo, y quiero saltar olímpicamente el día en que me de cuenta que fui una cobarde, porque fue mejor callarme y mas cómodo engañarme, ese día en que te busque y quiera refregarte todo lo que un día sentí.
Y ahora quizás torpemente, quizás inocentemente, quizás cruelmente decidí pasar del miedo a sufrir, al miedo a hacer sufrir.
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